lunes, 15 de febrero de 2016

El efecto Pigmalión aplicado al fútbol

El efecto Pigmalión tiene su origen en la mitología griega. Pigmalión era un escultor que acabó enamorándose locamente de una de sus obras llamada Galatea. Tal fue el amor que le procesaba a su escultura que la diosa Afrodita la convirtió en una mujer de carne y hueso. Este mismo argumento es el que siglos más tarde fue utilizado en el cuento infantil que a muchos os sonará llamado Pinocho, en el cual el muñeco de madera cobra vida gracias al amor de Gepeto. Este mito fue el origen del nombre del efecto pigmalión y representa muy bien la idea de las profecías autocumplidas.
El resumen del efecto Pigmalión sería el hecho de que Lo que pensemos que va a pasarnos, inconscientemente haremos lo posible para amoldar la realidad a nuestra idea. 
Este efecto aplicado al mundo del fútbol y a la figura del entrenador en términos de gestión y liderazgo se refiere al poder de las expectativas. Lo que esperemos de los nuestros, bien sea positivo, bien sea negativo, condiciona nuestro trato hacia ellos.
Por lo tanto, como entrenadores debemos esperar cosas positivas siempre, ya que  la persona se sentirá querida, confiará en sus posibilidades, trabajará para alcanzar los objetivos y, finalmente, los alcanzará. Hay que tener cuidado en no caer en el efecto contrario.
En conclusión, y utilizando palabras de la psicóloga Patricia Ramírez, "convertirte en un Pigmalión de los tuyos es convertirte en un precursor del éxito"